Iluminación LED versus luces convencionales
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¿Fluorescente, incandescente, LED?
Cuando hablamos de luces convencionales podemos referirnos a varios tipos de iluminación según su composición. Así, tenemos incandescentes, fluorescentes o CFL (Compact Fluorescent Lamp, también llamados focos ahorradores). Conozcamos un tanto de cada una de ellas para tener una aproximación mayor a cómo funcionan y cuán diferentes son.
Focos tradicionales
Se tratan de bombillas incandescentes. Los también conocidos como focos, generan luz por medio del calentamiento de un filamento metálico (fabricado en tungsteno o wolframio) a través del cual circula electricidad produciendo luz (por efecto Joule). Sin embargo, la mayoría de lo que produce este sistema es calor y sólo un 15% de la energía se transforma en luz.
Fluorescentes y ahorradores
El principio de su tecnología es similar, por lo tanto las explicamos al mismo tiempo, porque únicamente cambia el envase. En estas luminarias la luz se produce mediante varios compuestos químicos que reaccionan emitiendo luz cuando reciben radiación ultravioleta. Contienen una pequeña cantidad de vapor de mercurio y otros gases inertes, como el argón, que se ionizan con el paso de la electricidad. Esto genera un plasma y luz.
Light Emitting Diode: LED
Este tipo de iluminación utiliza diodos, en agrupaciones de mayor o menor densidad, lo que permitirá una mayor calidad y potencia lumínica. Genera luz por efecto de electroluminiscencia y su eficacia es alrededor del 90% de energía consumida en luz. Si bien el precio de una lámpara o bombilla LED es mayor que los anteriores mencionados, su ahorro en el consumo es significativo en comparación con el foco incandescente, el tubo fluorescente y la bombilla CFL o “ahorradores”. El estado de ahorro está en un rango de 80% en la facturación por consumo de energía eléctrica; además de una larga vida útil del mismo.